Alicia Colmenares Vargas nació el 13 de marzo de 1918 en Orizaba, Veracruz; hija del doctor Manuel Colmenares y la señora María Vargas. Vivió prácticamente toda su vida en la Ciudad de México, en donde estudió la carrera de Maestra Normalista en la Escuela Normal de Maestros y en la Escuela Normal Superior.
Desde niña estudió piano, primero con su padre y posteriormente con la maestra Carmen Norma, continuando su preparación en la entonces Escuela Nacional de Música de la UNAM. También cursó armonía con Rafael de Paz, y antes de cumplir trece años de edad ya había realizado algunas composiciones, siendo Te amo su primera obra.
De su repertorio, el tema que mayores satisfacciones le dio es Madre, bendita seas porque, además de halagar y homenajear a su madre, reconoce a todas las del mundo. Gracias a esta obra fue galardonada por el periódico Excélsior; fue construido el Monumento a la Madre en Ciudad Juárez, Chihuahua; le rindieron homenaje la Promotora Hispano Americana de Música PHAM (1961) y el programa Cita Artística de la XRJC (1972), y la distinguió la Asociación Morelense de Autores y Compositores, A.C. (1975).
La maestra Colmenares compuso la letra y música de todas sus canciones, excepto la musicalización de un poema de Pedro Galán y Carmen G. Basurto, y la música del Himno de los Padres Agustinos Recoletos.
Familiares comparten que fue una mujer “dulce, melancólica, reservada, enigmática, estricta, perfeccionista, sensible, discreta, observadora e intuitiva, romántica, confiable, noble, generosa y buena; distinguida, fina y elegante “. De sus aficiones, aseguran que le gustaba escuchar todo tipo de música, principalmente clásica, romántica popular, bailable e instrumental, así como practicar la caminata y viajar.
Otras de sus distinciones son el diploma (1959) otorgado por PHAM por su éxito Vivir para quererte; la estatuilla El Pípila de Oro (Salamanca, Guanajuato, 1966) por su inspirada y bella producción poética musical; el galardón Jubileo de Oro del Disco Mexicano (1978), y el reconocimiento de la Cadena Latinoamericana de Comentaristas de Discos por su aportación al desarrollo de la industria fonográfica y a quienes hacen posible que la música y las canciones de América lleguen a todos los medios de comunicación masiva.
En el IX Festival OTI de la Canción (1980) fue distinguida por su aportación en pro de la música mexicana y participó como Presidenta del Jurado representando a la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM); el Club Rotario de Irapuato, Guanajuato, le rindió homenaje (1980) por su valiosa producción poética musical, mientras que el de Chapultepec de la Ciudad de México hizo lo propio —el mismo año— por Canción rotaria, himno por el cual también la homenajeó (1982) el Club Rotario del Valle Narvarte en la capital del país.
Por su parte, el Ayuntamiento de su ciudad natal la nombró Hija Predilecta por su distinguida labor como músico poeta, y en 1982 le fueron entregadas las Llaves de la Ciudad. La maestra Alicia Colmenares falleció el 26 de septiembre de 1987, legando su obra al patrimonio musical mexicano.
